viernes, 20 de marzo de 2015

.- simplemente irresistible .- 50 y Epilogo

HOLA!! MUCHAS GRACIAS POR HABER LEIDO ESTA HISTORIA ... PUES SE CASARON Y VIVIERON FELICES PARA SIEMPRE :)) .... BONITA FORMA DE PEDIR MATRIMONIO ... YO QUIERO UNO ASI *-* ... BUENO AHORITA MISMO LES AGREGO EL LINK DE LA NUEVA NOVELA ... Y OTRA VES GRACIAS ... ADIOS :))


Capítulo 50

—Me siento bastante bien. Voy a tener alguna que otra magulladura, pero así es el hockey.
—¿Entra en tus planes vengarte?
—De ninguna manera, Jim. No estoy tan mal de la cabeza, y con un tipo como Tkachuk cerca tienes que estar al acecho en todo momento. —Se limpió la cara con una toalla pequeña, luego recorrió con la mirada la habitación. Divisó a _____ en la puerta y sonrió.
—Empataron esta noche. ¿Te conformas con ese resultado?
Tom volvió a prestar atención al hombre que lo entrevistaba.
—Por supuesto que no nos conformamos nunca con otra cosa que no sea ganar. Está claro que tenemos que aprovechar mejor las oportunidades. Y además necesitamos mejorar en defensa.
—A los treinta y cinco años todavía estás entre los mejores. ¿Cómo lo consigues?
Él sonrió abiertamente y se rió entre dientes.
—Bueno, es probable que sea el resultado de años de vida sana. -El reportero y el cámara se rieron con él.
—¿Qué le ofrece el futuro a Tom?
El miró en dirección a _____ y la señaló con el dedo.
—Eso depende de esa mujer de allí.
_____ se quedó paralizada y empezó a mirar por detrás. El recinto estaba lleno de hombres.
—_____, cariño, me refiero a ti.
Ella volvió a mirar al frente y se señaló a sí misma.
—¿Recuerdas que anoche te dije que sólo me casaría si estuviera locamente enamorado?
Ella asintió con la cabeza.
—Bueno, ya sabes que estoy locamente enamorado de ti. —Se puso de pie calzado sólo con los calcetines acanalados y le tendió la mano. Llena de estupor caminó hacia él y puso la mano en la suya.-Te dije que no jugaría limpio. —La cogió por los hombros y la obligó a sentarse en la silla que acababa de desocupar. Luego miró al cámara—. ¿Estamos todavía en el aire?
—Sí.
_____ levantó la mirada que comenzaba a empañársele. Intentó agarrarse a Tom, pero fue él quien la tomó de la mano.
—No me toques, cariño. Estoy un poco sudado. —Luego se arrodilló y la miró fijamente—. Cuando nos conocimos hace siete años, te hice daño y lo siento. Pero ahora soy un hombre diferente y en parte soy diferente gracias a ti. Has vuelto a mi vida y has conseguido que sea mejor. Cuando entras en una habitación, no siento frío porque has traído el sol contigo. —Hizo una pausa y le apretó la mano. Una gota de sudor se le deslizó por la sien y la voz le tembló un poco cuando continuó—: No soy ni un poeta, ni un romántico y no sé qué palabras usar para expresar con exactitud lo que siento por ti. Sólo sé que tú eres el aire de mis pulmones, los latidos de mi corazón, el deseo de mi alma y que sin ti estoy vacío. —Presionó su cálida boca contra la palma de la mano de _____ y cerró los ojos. Cuando la miró otra vez, su mirada era muy intensa. Metió la mano en la cinturilla de los pantalones cortos de hockey y sacó un anillo con un diamante azul rodeado por esmeraldas de al menos cuatro quilates—. Cásate conmigo, _____.
—¡Oh, Dios mío! —Apenas podía ver y se enjugó las lágrimas con la mano libre—. No puedo creer que me esté ocurriendo esto. —Aspiró profundamente y levantó la mirada del anillo a la cara de Logan—. ¿Es de verdad?
—Por supuesto —le contestó, ligeramente ofendido—. ¿Crees que te pediría que te casases conmigo con un diamante falso?
—No hablo del anillo. —Sacudió la cabeza y se pasó la mano por las lágrimas que le resbalaban por las mejillas—. ¿De verdad quieres casarte conmigo?
—Sí. Quiero que envejezcamos juntos y que tengamos cinco niños más. Te haré feliz, _____. Te lo prometo.
Ella observó la apuesta cara de Tom y el corazón le palpitó con fuerza. La había elegido, en esa ocasión no había perdido ella. Y lo había hecho delante de una cámara de televisión, con un gran diamante, arrodillado a sus pies y cogiéndola de la mano. La noche anterior se había preguntado si la escogería. Se había preguntado qué haría si lo hiciese. Ahora sabía la respuesta a ambas preguntas.
—Sí, claro que me casaré contigo —le dijo, riéndose y llorando al mismo tiempo.
—Jesús —suspiró Tom mientras el alivio le inundaba la cara—. Me has llegado a preocupar.
Fuera, en las gradas, un atronador aplauso inundó el Key Arena, seguido por la gran ovación de miles de personas. Las paredes del Key Arena temblaron ante tan entusiasta respuesta.
Tom miró al cámara por encima del hombro.
—¿Estamos saliendo por el Jumbotron?
El hombre levantó el pulgar, y Tom volvió a mirar a _____. Tomó su mano izquierda y le besó los nudillos.
—Te amo —le dijo, deslizándole el anillo en el dedo.
_____ le rodeó el cuello con los brazos y se apretó contra él.
—Te amo, Tom —le dijo entre sollozos al oído.
Él dejó que enterrara la cabeza contra su cuello y recorrió con la mirada a los hombres de la habitación.
—Eso es todo —les dijo, y el cámara cortó. _____ se apoyó en él mientras los felicitaban, y no lo dejó separarse incluso cuando ya lo había hecho hasta el último hombre de la habitación.
—Te voy a poner perdida de sudor —le dijo Tom con suavidad, sonriéndole.
—No me importa. Te amo y también amo tu sudor. —Se puso de puntillas y se apretó contra él.
Él arrugó la frente.
—Bien, porque en parte eres responsable. Durante unos segundos eternos pensé que me ibas a decir que no.
—¿Cuándo planeaste todo esto?
—Compré el anillo en San Luis hace cuatro días y hablé con la gente de la televisión esta mañana.
—¿Tan seguro estabas de que diría que sí?
Él se encogió de hombros.
—Te dije que no iba a jugar limpio.
_____ se acercó y lo besó. Había esperado mucho tiempo ese momento y puso todo su corazón en el beso. Sus bocas se amoldaron, abiertas y mojadas. Ella ladeó la cabeza y le lamió la punta de la lengua. Le deslizó las manos por los hombros, subiéndolas por el cuello hasta el pelo humedecido. La lujuria inflamó la ingle de Tom y se apartó del dulce beso de _____.
—Alto —gimió.
Doblando las rodillas, metió una mano dentro de los pantalones cortos y se recolocó los atributos masculinos. El duro protector de plástico le pellizcaba los testículos y se contuvo para no jurar delante de _____.
—Mi amiguito está muy incómodo.
—Quítate el protector.
—Llevo cuatro capas de ropa y tengo que hacer una cosa antes de empezar a desnudarme. —Se enderezó y leyó la decepción en la verde mirada de _____.
—¿Qué podría ser más importante que desnudarte para mí?
—Nada. —Ella le quería y, de hecho, quería estar rodeada por su varonil y poderoso pecho. La amaba de una manera en que nunca había amado a nadie. La amaba como amiga, como una mujer a la que respetaba y como una amante a la que deseaba a todas horas, todos los días. Y ella lo amaba. No sabía por qué pero lo amaba. Era un irascible jugador de hockey que maldecía con frecuencia, pero no se iba a cuestionar su buena suerte.
Ahora no quería más que llevarla a casa y desnudarla, pero primero tenían un último asunto pendiente. La tomó de la mano y la arrastró con él fuera de la habitación para atravesar el pasillo.
—Sólo necesito aclarar algo antes de irme.
_____ frenó en seco.
—¿Virgil?
—Sí. —Frunció el ceño, él se detuvo y le puso las manos en los hombros—. ¿Te da miedo?
Ella negó con la cabeza.
—¿Te va a hacer escoger? Te va a dar a elegir entre tu equipo y yo.
Un entrenador venía por el pasillo camino del vestuario y Tom se pegó más a _____ para permitir que el hombre pasara.
—Felicidades, «Muro» —le dijo.
Tom inclinó la cabeza.
—Gracias.
_____ lo agarró de la camiseta.
—No quiero que tengas que elegir.
Él volvió a mirar a _____ y besó el ceño que tenía en la frente.
—Nunca hubo ninguna elección que hacer. Nunca hubiera escogido un equipo de hockey en vez de a ti.
—¿Virgil te va a despedir?
Él se rió ahogadamente y negó con la cabeza.
—Virgil no me puede despedir, cariño. Me puede traspasar a otro equipo por quinientos mil dólares como mínimo, lo peor que me podría pasar es tener que llevar un pato en la camiseta. Pero eso no va a ocurrir.
—¿Eh?
Él apretó su mano.
—Vamos. Cuanto antes hagamos esto, antes podremos irnos a casa.
La semana anterior le había dado luz verde a su agente para contactar con Pat Quinn, el gerente de los Vancouver Canucks. Vancouver estaba sólo a dos horas en coche desde Seattle y necesitaban un central de primera línea. Tom necesitaba controlar su futuro.
Con _____ a su lado, penetró en la oficina de Virgil.
—Pensé que te encontraría aquí —le dijo. Virgil lo miró desde el escritorio.
—Has estado ocupado. Veo que tu agente ha contactado con Quinn. ¿Has visto ya la oferta?
—Sí.
Tom cerró la puerta y rodeó con el brazo la cintura de _____.
—Tres temporadas y dos más si cumplo los objetivos.
—Tienes treinta y cinco años. Me sorprende que te ofrecieran eso.
Tom no creyó que estuviera tan sorprendido como decía. Era el trato usual con el capitán de un equipo o con cualquier jugador libre.
—Soy el mejor —le indicó.
—Me hubiera gustado que hablaras antes conmigo.
—¿Por qué? La última vez que hablamos me dijiste que escogiera entre _____ y el equipo. ¿Pero sabes qué? Ni siquiera lo tuve que pensar dos veces.
Virgil miró a _____ y luego volvió a mirar a Tom.
—Fue todo un espectáculo el que montaste hace unos minutos. -Tom apretó más a _____ contra su costado.
—Yo no hago nada a medias.
—No, no lo haces. Pero te has arriesgado bastante, sin mencionar la posibilidad de que te rechazara en directo en la ESPN.
—Sabía que me diría que sí.
_____ lo miró y arqueó una ceja.
—Un poco engreído, ¿no crees?
Tom se inclinó y le susurró en el oído:
—Cariño, «poco» y «engreído» son dos palabras que un hombre nunca quiere oír juntas en la misma frase. —La observó sonrojarse y se rió entre dientes. Aunque había habido esos segundos horribles cuando no se había sentido tan engreído. Segundos interminables cuando aún no le había respondido en los que había tenido la fugaz tentación de cargársela al hombro, marcharse de la habitación y tenerla secuestrada hasta que le dijera lo que quería oír.
—¿Qué quieres, «Muro»?
Tom volvió a mirar a Virgil.
—¿Perdón?
—Te he preguntado qué quieres. -Estaba serio, pero por dentro sonreía.
Jaque mate. El viejo bastardo se había tirado un farol.
—¿Por qué?
—Tomé una decisión muy impulsiva y poco inteligente cuando amenacé con traspasarte. ¿Qué quieres para quedarte?
Tom se balanceó sobre los talones y pareció pensar la pregunta algunos momentos, pero ya había anticipado que Virgil se retractaría.
—Un defensa para la segunda línea me podría persuadir de olvidarme que me amenazaste con traspasarme. Y no hablo de un novato, puedes comprar a alguno de los mejores. Quiero un hombre con experiencia en el hockey. Alguien al que no le dé miedo jugar en las esquinas y se mantenga firme ante la red. Grande. Con mucho equilibrio. Que golpee con fuerza. Vas a tener que soltar mucho dinero por un tipo así.
Virgil entrecerró los ojos.
—Haz una lista y dámela mañana.
—Lo siento, estaré muy ocupado esta noche. —_____ le dio un codazo en las costillas, y él la miró a la cara—. ¿Qué? Tú también estarás ocupada.
—Estupendo —dijo Virgil—. Dámela la próxima semana. Ahora, si me perdonas, tengo otros asuntos de los que ocuparme.
—Hay otra cosa más.
—¿Un defensa de un de millón de dólares no es suficiente?
—No. —Tom negó con la cabeza—. Pídele perdón a mi prometida.
—No creo que sea necesario —balbuceó _____—. De verdad, Tom. El señor Duffy ya te dio lo que querías. Creo que ha sido muy amable...
—Deja que me encargue de esto —la interrumpió Tom.
Virgil entrecerró los ojos aún más.
—¿Exactamente por qué le pediría perdón a la señorita Howard?
—Porque le hiciste daño. Te dijo que lamentaba haber huido de la boda, pero tú le tiraste la disculpa a la cara. _____ es muy sensible. —La apretó suavemente—.¿No es así, nena?
Virgil se levantó y pasó la mirada de Tom a _____. Se aclaró la garganta varias veces y la cara se le puso al rojo vivo.
—Acepto sus disculpas, señorita Howard. ¿Aceptará ahora las mías?
Tom pensó que Virgil podía hacerlo un poco mejor e iba a abrir la boca para decirle que lo volviera a intentar, pero _____ lo detuvo.
—Por supuesto —le dijo, y colocó la palma de la mano en la espalda de Tom. Le miró mientras deslizaba ésta hacia abajo—. Dejemos al señor Duffy con su trabajo — sugirió, con un brillo amoroso y tal vez un poco travieso en los ojos.
Tom le dio un beso rápido en los labios y salieron de la habitación. La apretó contra sí mientras iban andando lentamente por el pasillo hacia los vestuarios, y pensó en el sueño que había tenido después de regresar a su casa de madrugada. En lugar del sueño erótico que normalmente tenía con _____, había soñado con despertarse en una cama enorme llena de flores y rodeado por niñitas saltando por todas partes. Chicas muy femeninas con perros femeninos, que lo miraban a él como si fuera un superhéroe por matar arañas y salvar peces diminutos. Quería ese sueño. Quería a _____. Quería una vida llena de niñas charlatanas con el pelo oscuro, muñecas Barbie y perros sin pelo. Quería camas con encaje, empapelado de flores y una mujer con una erótica voz sureña susurrándole al oído. Él sonrió y deslizó la mano por el brazo de _____ hasta el hombro. Aunque no tuvieran más hijos, tenía todo lo que quería.
Lo tenía todo.


Epílogo

_____ se paró en las escaleras del Princeville Hotel en la isla de Kauai. El sol tropical le calentaba los hombros desnudos y la cabeza. Había tardado varios días en dominar completamente cómo ponerse el sarong, pero ahora llevaba uno fucsia con la parte de atrás de la floreada tela atada al cuello y cubriéndole el traje de baño. Se había puesto una gran orquídea detrás de una oreja y se había atado las sandalias en los tobillos. Se sentía muy femenina y pensó en Lexie. Lexie habría adorado Kauai. Habría adorado las bellas playas y el agua fresca y azul. Pero Lexie tendría que conformarse con una camiseta. _____ y Tom necesitaban pasar tiempo a solas y habían dejado a su hija con Ernie y la madre de Tom.
Un Jeep Cherokee alquilado aparcó en la cuneta. La puerta del conductor se abrió y el corazón se le hinchó bajo el pecho. Le gustaba cómo se movía Tom. Rebosaba confianza y caminaba con la elocuente seguridad de un hombre a gusto consigo mismo. Sólo un hombre tan seguro de sí mismo habría elegido llevar puesta una camisa azul con enormes flores rojas y grandes hojas verdes. Estaba tan seguro de sí mismo que algunas veces la abrumaba un poco. Si hubiera dejado que Tom hiciera las cosas a su manera, se habrían casado al día siguiente de haberse declarado. Lo había podido, retrasar un mes y así había podido planificar una bonita boda en una pequeña capilla en Bellevue.
Llevaban casados una semana y cada día lo quería más. Algunas veces sus sentimientos eran demasiado intensos y no podía contenerlos. Se refrenaba mirando al cielo y sonriendo, o riéndose sin razón aparente incapaz de contener su felicidad. Le había dado a Tom su confianza y su corazón. A cambio, él la había hecho sentirse segura y amada con una intensidad que algunas veces le quitaba el aliento. Lo siguió con la mirada mientras rodeaba el Jeep. Abrió la puerta del acompañante, luego se giró y le sonrió. _____ recordó la primera vez que lo había visto, de pie al lado de un Corvette rojo, con esos anchos hombros y esa elegancia innata, como un caballero con una brillante armadura.
—Aloha, señor —lo saludó en voz alta, descendiendo las escaleras para salir a su encuentro.
Tom frunció el ceño.
—¿Llevas algo debajo de eso?
Ella se detuvo delante de él y encogió los hombros.
—Depende. ¿Eres un jugador de hockey?
—Sí. —Una sonrisa hizo desaparecer el ceño—. ¿Te gusta el hockey?
—No. —_____ negó con la cabeza y bajó la voz, susurrando con aquella voz sureña que sabía que le volvía loco—. Pero puede que haga una excepción contigo, cariño.
Él la alcanzó y le deslizó las manos por los brazos desnudos.
—¿Así que deseas mi cuerpo?
—Qué se le va a hacer. —_____ suspiró y de nuevo sacudió la cabeza—. Soy una mujer débil y tú eres simplemente irresistible.

¡FIN! 

4 comentarios:

  1. Omg !!! Lloreee me encantoooo la nove asique espero la prox , sube prontoo virgii xd bye cuidate , nos vemos en la otra nove jajaajaj

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  2. Gracias Virgii!
    Me diverti mucho con esta adaptación :)

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  3. :O:O Que lindooo Tom fue tan romántico de verdad que me encanto esta historia virgi que lastima que haya terminado :( me gusto mucha esta historia ahora leeré tu nueva fic!!!

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